miércoles, 10 de febrero de 2016

El aniversario 59 del Colegio Nacional de Periodistas y 6 años del natalicio del Parque de los Periodistas de la Ciudad Bonita

Crónica por: Benjamín Herrera Palomino
“Calabaza, calabaza, cada quien para su casa”
“Ya viene la marcha triunfal, ya suenan los claros clarines” Rubén Darío.

Si, así fue. Que maravilloso resultó ser el 59 aniversario del Colegio Nacional de Periodistas, y 6° del natalicio del Parque de los Periodistas. Una bella tarima, levantada por disciplinados soldados colombianos por estricta orden del Señor General Montoya, Comandante de la Segunda División del Ejército, Quinta Brigada, Bucaramanga, “la ciudad bonita”, “ la señora de las cigarras”, en un gesto hermosamente generoso con los periodistas, no encontrando las palabras precisas y exactas para externalizarle, como corresponde, nuestra invaluable gratitud.  -Buena por esa, mi General Montoya- .En el templete, más de dos decenas de disciplinadas y cómodas sillas, para recibir a nuestros invitados especiales.

Dos ejemplares profesionales de protocolo, de animación, dos maestros de ceremonia, equilibradamente: un recio varón y una bella dama. Al lado derecho del gracioso balcón, dos mágicas bandas de guerra: la de la Quinta Brigada y la de la Policianal, entonando bellas melodías marciales para los periodistas en su sacrosanto día. A la izquierda, más de ciento cincuenta sillas hermosamente alineadas, con impecable estética, ocupadas por las y los profesionales de las Ciencias de las Comunicaciones, luciendo las mejores galas de sus roperos, y otros, vestidos de trajín diario. 

Una prolongada espera de los invitados especiales: el señor Gobernador, Doctor Didier Alberto Tavera Amado. Un agitado Enrique Ochoa González, cuidando que todo saliera a la perfección; una Amalia Caraballo, repasando las nuevas Cédulas de Periodistas, para reemplazar a las vetustas, amarillentas, patinadas, engrasadas, ya obsoletas Tarjetas de Periodistas, del Colegio Nacional de Periodistas, CNP. Todo cambia, todo cambia, mis amigos del alma. Camarógrafos y fotógrafos gráficos por doquier. Un sol, muy cómplice, que no quiso marginarse del evento, no calentando tanto. Un octogenario poeta, escritor y periodista, luciendo una bella gorrita de intelectual, más y más ennoblecido por el paso de los años, el maestro Ramiro Lagos, cual como los mejores vinos y demás licores, entre más antiguos, más exquisitos, mas señoreros, burbujeantes, penetrante aroma, casi que un exquisito perfume, de los más caros del mercado.  

Por fin, no más espera y fue entrando al escenario ese casi todavía adolescente, aun con el acné, de la misma manera en que el Profeta de Aracataca, el Gran Maestro, quien nos ha hecho conocer de más del setenta por ciento del todo el planeta --- Didier, Didier, Didier ---- Señoras y Señores. En el tierno aire bumangués, elevándose a los cielos hacia los confines del universo, sonando las gloriosas notas  de nuestro glorioso Himno Nacional. Luego, el de los santandereanos siempre adelante, Himno de Santander. Doloroso minuto de silencio para recordar a nuestros amigos periodistas, que ahora navegan por siempre en el mar sin fondo de la muerte. 

Encendidos discurso de Enrique Ochoa González, Rafael Serrano Prada y el efebo, casi apolíneo Didier Tavera Amado. Toma de juramento por el Señor Comandante de la Segunda División del Ejército de Colombia, General Montoya, Quinta Brigada, a los nuevos cedulados periodistas. Imposición de botones especiales a invitados especiales. Entrega de menciones de honor; reconocimiento como periodistas a muy distinguidas personalidades --- flash y más flas --- ojos brillantes, de emoción, y corazones vibrando, cabalgando alocadamente de felicidad. Emotivo y electrizante imposición de una bella y patinada corbata a un “calle arriba, calle abajo” --- Abelardo Navarro. Brillantes discursos, emocionados abrazos, secretos, promesas, risas nerviosas, corona de flores en memoria de los que se nos adelantaron, y el “feliz cumpleaños, cerrando esta primera sección, con su guacharaca en mano, el amigo Mincho Herrera Palomino.

Hacia las ocho de Solemne, en el recinto de reuniones sociales, en la Quinta Brigada: dos luengas mesas, encendido discurso, delicioso vino, brindis, tintineo de copas, exquisita cena, rociada  con las bellas notas de un saxofón, ejecutando grácilmente por una bella fémina, de extraordinaria belleza. Una muy bella y linda oficial, micrófono en mano, entregando recordatorios, de este, sin duda, magno evento, posando los agraciados por el lente del camarógrafo de la TV de la Quinta Brigada; un muy gentil General de la República, apretando las manos de todas y todos los periodistas concurrentes, en anticipada despedida para ir a cumplir sus funciones al servicio de la Patria. Una bella militar, animadora, con moño en, al parecer, bien alisado pelo azabache, botas camufladas, exquisita voz anunciando su ya casi inmediato retiro, solicitando, anticipadamente, “coloca”, como periodista. Y los disciplinados músicos de la Integración Vallenata, hasta las 10:30 de Selene, cerrando tan bello y exquisito homenaje y --- “calabaza, cada quien para su casa”.

Bucaramanga, miércoles 10 de febrero de 2016 




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